El amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa.
Hay dolores inevitables, y así es nomás, y ni modo. Pero las autoridades planetarias agregan dolor al dolor, y encima nos cobran ese favor que nos hacen.
En dinero contante y sonante pagamos, cada día, el Impuesto al Valor Agregado. En desdicha constante y sonante pagamos, cada día, el impuesto del dolor agregado.
El dolor agregado se disfraza de fatalidad del destino, como si fuera la misma cosa la angustia que nace de la fugacidad de la vida y la angustia que nace de la fugacidad del empleo.
**Eduardo Galeano**.
No hay comentarios:
Publicar un comentario