QUIEN ES MAS RESPONSABLE?
Justo en el momento –viernes anterior- en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dio apertura a que diversos sectores expresaran su posición ante el porqué consideran inconstitucional la ley del IETU –impuesto empresarial a la tasa única-, y con ello dar sustento y fuerza a su próxima resolución; la Secretaría de Hacienda y Crédito Público manifiesta que declarar en ese sentido, implicaría a la autoridad hacendaria devolver al menos 90,000 millones de pesos a quienes interpusieron amparos, situación contradictoria ante la emergencia económica y financiera del ajetreado México. Ese ejercicio fue propuesto para todo ciudadano que se sintiera afectado por la ley del IETU e invitaba a participar en el razonamiento de las afectaciones y los “supremos” al dar su resolución den fortaleza a su decisión al estar amparada con la participación de los ciudadanos. Plausible esfuerzo. Ya veremos dijo el ciego los resultados.
Si no logramos la solidez de ese equilibrio elemental, entonces estaremos marcados a seguir viviendo en éste hermoso Reino de los Poderes Fácticos que nunca fallan -nada más se equivocan tantito, poquito-, nos seguirán dando la cuota de la inseguridad, la cuota del abuso, irresponsabilidad, corrupción, autocomplacencia, el méndigo disimulo como que trabajo pero si cobro y la cuota vigente para seguir atracando el baúl de los tesoros públicos.
Que es más importante? Una reforma política, atender la economía o la problemática de la inseguridad pública? Nadie deniega el derecho de la autoridad para establecer contribuciones y cumplir con sus fines, nadie. Pero ese derecho tiene un límite, el derecho del ciudadano a contribuir proporcionalmente y equitativamente con el desarrollo de sus comunidades. Pero ante un esquema de gobierno con protecciones y vidrios reflecta en sus muros, no es posible vislumbrar la transparencia con que se manejan esos ingresos, ocasionalmente la posición del sol y juntando las manos se nos permite echarle una ojeada a través de esos cristales opacos, y cuando eso sucede, inmediatamente utilizan las cortinas legales de la confidencialidad, del interés público o bien conducirnos por entes como el IFAI–que supuestamente nos llevarán al patio de la rendición de cuentas- y terminamos rendidos en el sótano de la complicidad, un lugar oscuro, lleno de telarañas, ratas y de olores nauseabundos.
Quien es más responsable? No es el régimen de partidos, ellos no provocarán ningún cambio que afecte o modifique la estructura de su “lobby” cómodo, moderno, diseñado para acallar las voces de justicia en una maraña de triquiñuelas, soluciones retardadas y al final olvidadas, sin un medio de coerción para que cumplan su encomienda, al contrario, una vez aletargadas las soluciones, se curan en el “jacuzzi” puesto expresamente al final del pasillo. No es el ejecutivo, que lo tienen agarrado del cogote, y a la primera manifestación de una propuesta de cambio, inmediatamente se lo aprietan, y terminamos escuchando que el sí era un no susurrable. No es la estructura judicial, porque resulta que en la antesala de la justicia en donde entra el ciudadano común y corriente, pero existe al lado un cuarto con mas comodidades, en donde reina la camaradería y el muro de corcho impide escuchar los lamentos que se suscitan en la antesala.
Entonces, quien es más responsable? Es más responsable el ciudadano, somos nosotros. Mientras el ciudadano no valore la importancia de sus pareceres y acate sus propias reglas, y no influya con su manifestación crítica; no denuncie al corrupto; no exija para lo que fueron diseñados los municipios –eficientar la prestación de los servicios públicos básicos- agua, alcantarillado, recolección de basura, luz pública, parques y jardines, vías públicas de calidad; no eduque a sus hijos, no se organice ni siquiera con sus vecinos que a lo mucho la comunicación será un buenos días, entonces siempre diré a la pregunta Quien es más responsable? Y contestaré, el ciudadano. En Nayarit podemos, si podemos.
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