MAMÁ…Y QUE VOY A ESTUDIAR?
“Así como el hierro se oxida por falta de uso, también la inactividad
destruye el intelecto”….. Leonardo Da Vinci.
En el trajín
generacional, vienen tiempos de decidir como padres, a dónde y que estudiarán
nuestros hijos? Ayer llegó a mis manos un análisis auspiciado por el Centro de Investigación para el Desarrollo, AC –CIDAC-, y que traza la vertiente
complicada sobre el cauce a tomar en la formación de nuestros hijos, a
sabiendas que una mala decisión educativa no sólo
priva al universitario de obtener mejores ingresos, sino que en el lapso de
tenencia académica le genera una inversión adicional. Sabemos que no tardan
nuestros jóvenes en confrontar un ambiente laboral y educativo distinto al
actual, en virtud de las transformaciones en esos rubros que ha tenido México.
En Nayarit, existen
cada día más alternativas en nivel medio superior –Preparatorias, CETIS, CONALEP, escuela privadas, entre otras- hasta
aquí “no hay pierde”, la mayoría busca entronizar a sus hijos en la formación
antesala a la definición de sus talentos que es en el nivel superior. Es en
este nivel en donde inicia el laberinto de empatar el talento con las opciones
en el mercado de la educación, el alumno se adapta a las circunstancias
económicas de la familia, y analizan entrar a universidades privadas fuera del
estado ITESM, ITESO, UNIVA, UVM, UAG, o públicas UAN, UNAM, IPN, UdeG, UAEM, UAS,
Tecnológico de Tepic, Universidades Tecnológicas y escuelas locales privadas Univam,
Univer, Nueva Galicia, Vizcaya, Álica, UNE y otras más.
Entre los argumentos resultantes
para elegir se encuentran las 14 formas siguientes y no recomendables:
“Me queda cerca de mi casa”; “Me gusta el ambiente”; “Ahí estudian mis
hermanos”; “Es donde van a meterse la mayoría de mis amigos”; “Está padre”; “La
carrera me latió”; “Es en la que me aceptaron”; “Es la que puedo pagar”; “Es en
la que me dieron beca”; “De ahí sales bien preparado”; “Fulanito estudió eso y es
muy exitoso”; “Pus nomás”; “Cualquier carrera de todos modos voy a entrar a la
política”; o el lamentable clásico “Quería una carrera en donde no tuviera que
llevar matemáticas”.
Hoy en día en que la
competencia laboral arrecia, y dado el excesivo número de estudiantes y
egresados universitarios en contraposición a las oportunidades de empleo, en
esa inercia confrontamos que la inversión en educación aumenta y la velocidad
de los cambios en el entorno económico, tecnológico e industrial se acelera, el
costo de la decisión de elegir se hace más notorio; es la primera decisión importante en la vida del estudiante y de los
padres, pues conlleva un cambio de residencia, desapego familiar y en
muchos de los casos implica un sacrificio económico en aras de encausar el
talento de nuestros hijos, y evitar ser parte del 40% de profesionistas que no ejercen la carrera transitada. Ahí el
motivo de la proliferación de diplomados, talleres maestrías, posgrados, a
manos llenas, con afán de re-capacitarse o de “reinventarse”, aclarando que
muchos de ellos son apropiados para actualizarse en procedimientos,
normatividad, herramientas, o para rellenar los huecos que les quedaron de la
carrera.
Es de suma importancia
determinar el costo-beneficio actual y proyectado de la decisión, basada en:
a) Una tabla o ejercicio comparativo en
el que se relacionen diferentes carreras con diferentes trayectorias profesionales, niveles de sueldo, probabilidades de ser contratado y
expectativas de crecimiento profesional;
b) Una corrida financiera en donde se
estime el valor presente del costo de una carrera universitaria y se exploren
diferentes escenarios de sueldo y crecimiento;
c) Un análisis de cuáles serían las
carreras, trabajos e industrias del futuro y qué universidades conectan mejor
con esos pronósticos.
Por ello, el uso de
información y datos por parte de las universidades, se tornan indispensables
para no “meter las dos patas” identificar las competencias o habilidades que
cada carrera ofrece -¿análisis de mercado? ¿herramientas estadísticas
y de probabilidad? ¿razonamiento matemático? ¿argumentación? ¿programación por
objetos? ¿pensamiento de sistemas?-; y conocer la demanda presente y
futura de cada una de ellas; sería de utilidad extrema que las universidades informaran
sobre sus egresados (¿dónde trabajan?
¿en qué industrias? ¿cuánto ganan? ¿cuál es su trayectoria a los diez a años de
haberse titulado?); y a la vez, en aras de aquilatar su posicionamiento
laboral, difundan a detalle qué tipo de prácticas profesionales o de campo realizan,
pues éstas ayudan a garantizar la vinculación académica con el sector
productivo o área de desarrollo profesional, y garantizarían al estudiante
experiencia desde antes de graduarse –en
ocasiones un pequeño sueldo-, con la posibilidad de afianzar su colocación
laboral en ese nicho productivo.
Estos argumentos, tanto para carreras
económico-administrativas que de ciencias exactas, sociales o humanidades son
válidos, con la premisa, de que actualmente, es aislada la información o
análisis que se menciona y no está al alcance de los padres. Igual, muchas universidades
no tienen el menor incentivo a ofrecer dicha información. ¿Para qué complicarse la vida y darle colmillos al cliente? Como
demandantes de servicios educativos, pongámonos “agujetas”, entre más pensemos
en el aprendizaje de competencias y menos en la carrera como una carísima “caja
negra” que mágicamente trae pegado un empleo, entre más le exijamos a las
universidades, y entre más nos alejemos del “pus nomás” o del “para no llevar
matemáticas” como argumentos para elegir carrera y universidad, más obtendremos
de la educación superior como estudiantes, padres de familia -y de nuestra inversión en ella, por vía de
colegiaturas o impuestos- en beneficio de nuestra sociedad mexicana. Mi colaboración está
basada en el análisis realizado por Ernesto García y Jaime Martínez 13 pésimas
formas de elegir carrera/Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C…. En Nayarit podemos, si podemos!!… http://certezafinanciera.blogspot.com
C.P.C. FELIPE ALFREDO ORTIZ BENAVIDES / TEPIC, NAYARIT
1 comentario:
Los que no tiene trabajo son "profecionistas" que no son capaces de desempeñar su trabajo adecuadamente
Publicar un comentario