CERTEZA FINANCIERA
C.P.C. FELIPE ALFREDO ORTIZ BENAVIDES / TEPIC, NAYARIT
AUSTERIDAD Y CRECIMIENTO COMPATIBLES?
Como lo señala Moisés Naím (Venezuela 1952-¿) "el hecho de que algunas políticas de austeridad no producirán la estabilización económica que prometen o que las políticas de crecimiento no necesariamente generarán más empleos son posibilidades enterradas bajo los eslóganes y la demagogia". El gran dilema para salir de la crisis se sitúa entre austeridad y crecimiento. ¿Son excluyentes las dos políticas?...
Austeridad y crecimiento no son estrategias económicas contrapuestas, más bien deberíamos considerarlas complementarias para salir de la crisis. La austeridad supone gestión eficiente y racionalización del gasto. Las teorías sobre buen gobierno llenan metros de bibliotecas y, quizás, bastara con poner en práctica aquella más adecuada a nuestra situación para mejorar el funcionamiento de las Administraciones. El crecimiento implica mucho más que el aumento del PIB. Supone mejora de la calidad de vida, la cohesión social y la modernización de nuestras estructuras productivas. Es de sentido común pensar que someter a una terapia exprés de adelgazamiento nuestro gasto público puede llevarnos a la “anorexia terminal”, y que las políticas de crecimiento mediante la inversión pública deben estar bien definidas para que los recursos que se ponen no acaben en un agujero sin fondo o en elefantes blancos, sin perspectiva de rentabilidad social.
¿Crecimiento o austeridad? Eficacia y más eficacia en la aplicación de los recursos públicos, en el diseño de políticas de desarrollo no clientelares, en la lucha contra la corrupción y la economía subterránea. La austeridad, entendida como antónimo del despilfarro, va hermanada a la gestión eficaz y sensata de los bienes públicos. Los proyectos quiméricos (ejemplo; Ciudad de las Artes, Ciudad del Conocimiento, Ciudad Satélite –de ésta última, cuyos beneficiarios ya están a la vista-, todas en Nayarit), el nepotismo, el amiguismo y la complicidad en el mantenimiento de redes clientelares, la corrupción y la ausencia de una respuesta firme frente a la misma, todo ello impide optimizar los recursos disponibles –y que ciertamente son escasos- y ocasiona un costo de oportunidad, por el que se renuncia a invertir más en educación –en este renglón Nayarit tiene más opciones en infraestructura pero no va de la mano en la calidad- y en actividades económicas primarias, y en crear las condiciones que propicien el ansiado crecimiento económico.
Austeridad y crecimiento son tan compatibles como imprescindibles. Para ello es preciso entender la austeridad en el sentido de ausencia de derroche y práctica de buen gobierno y el crecimiento en una dirección de desarrollo sostenible económica y socialmente. Hay una bisagra, y solo una, que permite que austeridad y crecimiento vayan de la mano: la progresividad fiscal. Para sostener e incluso fortalecer el estado del bienestar, generar suficientes inversiones y no reducir la participación de la masa salarial en el Producto Interno Bruto (factores imprescindibles para mantener la demanda interna, tanto en términos nacionales como del mercado nayarita), hay que aumentar la imposición fiscal directa, y hacerla cada vez más progresiva, sobre las rentas más altas y los beneficios empresariales.
Nadie puede estar en contra de la austeridad y el rigor en el uso de los recursos públicos, evidentemente. Pero es bien sabido que en tiempos de crisis, cuando apenas hay inversión, y es limitado el consumo privado, los recortes excesivos del consumo público –Nayarit tiene economía “presupuestívora”, y se nota cuando se deja de gastar-, provocan detenimiento económico –desaceleración- al menos en la misma cuantía de los mismos. Nadie deniega la satisfacción cuando se reduce el gasto en conceptos superfluos, pero es preocupante cuando los recursos se contienen para atorarle a la serie de privilegios salariales que disfruta la burocracia “panzona”.
Hay otro tema preocupante, ni la generación de empleo, ni la creación de empresas son simétricos; es muy fácil destruirlos pero cuesta mucho volverlos a crear cuando las reformas estructurales supuestamente empiecen a dar resultados. (Cabe señalar que muchos de los conceptos aquí utilizados son extraídos por el suscrito del ámbito de las redes sociales, y coincido en la totalidad de ellos; sin embargo, los expreso en mi lenguaje usual), En Nayarit podemos, si podemos!! http://certezafinanciera.blogspot.com.
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