EL COSTO DE LA IMPUNTUALIDAD
He estado reflexionando sobre cuánto nos cuesta el ser impuntuales, en Nayarit es común el hábito de pagarla con un “disculpa”, “hola ya tienes mucho tiempo esperando?”, o premiar con aplausos y gritos la llegada tardía del “candidato” hoy en la vorágine electoral en la que nos encontramos, el desprecio por el tiempo de otra persona , el retraso puede equivaler a un insulto. Sumado el tiempo por retrasos representa en términos del Producto Interno Bruto (PIB) una brutalidad!.
La puntualidad es la característica de poder terminar una tarea requerida o satisfacer una obligación antes o en un plazo anteriormente señalado. Es la virtud que conlleva el respeto hacia uno mismo y hacia los demás, y dota a nuestra personalidad, de carácter, orden y eficacia. Es un signo básico de BUENA educación y consideración hacia las personas que están esperando.
En México, se tienen herramientas valiosas como la Prórroga y la Condonación como premio al incumplimiento, -existen excepciones justificadas ante eventos como desastres naturales, casos jurídicos de clara injusticia, o situaciones económicas críticas-, tenemos un país en donde el pasarse de vivo es sagacidad y se premia por la influencia, por el amiguismo, por las canonjías que destraban trámites. La puntualidad es una muchacha hermosa que anda triste porque no se explica porque es rechazada, ella es responsable, formal, no comprende porque persigue la población a impuntualidad, aun que bella, ella es frívola, no es responsable, es improductiva, pero tiene más pegue entre los mexicanos.
La impuntualidad puede excluir, a los que llegan más tarde a las reuniones acordadas. En nuestra sociedad es normal incorporarnos unos 10 o 15 minutos y es aceptable, en la japonesa no existe ninguna permisividad.
Pero enfoquemos la materia de mi reflexión al cumplimiento en las obligaciones fiscales, la impuntualidad genera un castigo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) con su modernización tecnológica ha acortado la supervisión a los contribuyentes, de manera suave inicia con un exhorto –invitación-, posteriormente procede al envío de un requerimiento, y si es omiso el contribuyente, viene el castigo mediante una multa. Independientemente de la aplicación de actualizaciones y recargos sobre el importe del principal –monto del impuesto omitido-.
Hoy, el SAT en los términos del artículo 82 del Código Fiscal de la Federación (CFF) aplica multas de $980.00 a $12,440.00 por cada una de las obligaciones no declaradas, y una segunda multa del mismo valor por presentar fuera del plazo señalado en el requerimiento.
De $9,390.00 a $18,770.00 por no presentar el aviso de compensación habiéndose comprometido a ello.
Y la más famosa de todas en estos días, conocida como la multa “chíchara”, que es de $8,410.00 por no presentar la Declaración Informativa de Operaciones con Terceros –DIOT- que es de $8,410.00. Es de mencionar que existen en el artículo 82 del CFF otras 43 multas aplicables a diferentes casos; entre la que destaca la siguiente, la fracción XXXI del artículo 82 establece una multa de $111,490.00 a $158,730.00 por no informar de las contraprestaciones recibidas en efectivo en moneda nacional o extranjera, así como en piezas de oro o de plata, cuyo monto sea superior a cien mil pesos. Una multa mayor al importe supuestamente recibido y que no se informe a la autoridad, como la ven desde ahí?. Seguiremos abordando este tema sobre las multas a que estamos sujetos los contribuyentes y usuarios de servicios públicos. En Nayarit podemos, si podemos!! http://certezafinanciera.blogspot.com
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