Publicado en Meridiano de Nayarit 28/06/2013
LA CRISIS Y LA BURBUJA DEL BURRO
El mundo económico se encuentra inmerso en una crisis, que para los
expertos es normal, cada cierto número de años se presenta una, la presente
inició en 2008 en los EEUU, con el quebranto de las hipotecas, y los coletazos
se siguen dando en la llanura financiera. México no ha estado exento de ello,
aun cuando sus variables son sólidas, en lo interno se tiene una “sequía”
económica producto de la alta dependencia de su comercio hacia el vecino del
Norte, que ha generado escasez de empleo y falta de circulante acá abajo, donde
se comen los frijoles con morisqueta y tortilla de harina de maíz. El gobierno
federal se ha visto obligado a “planear” un subejercicio presupuestal con tal
de que no se le reviente el hilo frágil de la inflación, que desencadenaría una
vorágine incontrolable. Europa refleja un “sarampión” que ya parece “viruela”
económica. Pero… por qué se genera una crisis?
Una crisis económica se produce cuando tiene lugar una recesión del
crecimiento económico durante un periodo de al menos dos trimestres
consecutivos, llegando a producirse éste de manera negativa.
La recesión económica puede ser generada por diversos factores, aunque
por regla general, lo más común es una situación de escasez generada por algún
tipo de acontecimiento que provoca una drástica reducción de la producción
referente tanto a los alimentos como a los diversos tipos de bienes y
servicios.
Hace algunos días me encontré en internet esta interesante fábula que explica de una forma sencilla la crisis relatada
en el primer párrafo, y que puede servir de ejemplo para que le gente como yo y
como muchos de ustedes -que no tenemos
los conocimientos macroeconómicos- podamos entender sus causas y efectos. (Advertencia: Lo
siguiente no es para que lo copien y lo hagan, no siempre la demanda está
garantizada aunque sobre la oferta).
Vayamos al grano con la burbuja del burro –considerando que no se cobra
impuesto a la tenencia de ellos.
“Un hombre se presentó en un pueblo en la que nunca había estado antes
y ofreció a sus habitantes 100 pesos por cada burro que le vendieran. Buena
parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió
y ofreció mejor precio… 150 por cada burrito. Otra buena parte de la población
vendió los suyos. Volvió un día después y ofreció 300 pesos, el resto de la
gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más
animales disponibles, el hombre ofreció 500 pesos por cada burrito, dando a
entender que los compraría a la semana siguiente y se marchó. Al día siguiente
mandó al pueblo a su ayudante con los burros que había comprado, para que los
ofreciera a 400 pesos cada uno. Ante la posible ganancia a la semana siguiente,
todos los pobladores compraron los burros a 400 pesos. El que no tenía dinero
lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca”.
Como era de esperar, el
ayudante desapareció, igual que su jefe, y nunca más se supo nada de ellos. (Dícese
que los vieron en las Islas Caimán el fin de semana anterior).
Resultado: El pueblo quedó llena de burros y de endeudados. Los
que habían pedido dinero prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar
los préstamos. Los que habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento
diciendo que si no cobraban, se arruinarían, y entonces no podrían seguir
prestando y se arruinaría también todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el alcalde, en vez de dar
dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios
prestamistas. Pero estos, ya cobrada una gran parte del dinero, no perdonaron
las deudas a los del pueblo, que siguieron igual de endeudados.
El alcalde dilapidó así el presupuesto del ayuntamiento, que quedó
también endeudado. Entonces pidió dinero a otros ayuntamientos, pero éstos se
negaron a ayudarle porque, como estaba en la ruina, no podría devolver lo que
le prestasen.
El nuevo resultado?
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de deudores a
los que seguir cobrando lo que les prestaron más los intereses, e incluso
adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarían a cubrir
toda la deuda. Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida. El
ayuntamiento igualmente arruinado.
El resultado final?
Para solucionar esta preocupante situación y salvar a todo el pueblo, el
ayuntamiento… determinó ¡Subir los impuestos y bajar el sueldo a sus
funcionarios!
(Cualquier
semejanza con la realidad es mera coincidencia, el lugar donde sucedió esto es
en una comarca hindú).¡En
Nayarit podemos, si podemos!… http://certezafinanciera.blogspot.com
Basado en un artículo del C.P.C. y M.I. José Mario
Rizo Rivas.