14 de noviembre de 2009

LA AYAHUASCA FISCAL

LA AYAHUASCA FISCAL

Ayahuasca, significa "soga del ahorcado" o "enredadera del alma" en lengua quechua; es una bebida ceremonial que se obtiene de la corteza del bejuco Banisteriopsis caapi o inebrians combinada con otras plantas como la chacruna, que crecen en el valle del Amazonas, al este de Ecuador y en algunas zonas de Perú, Colombia y Venezuela.

En 1858, Manuel Villavicencio, un funcionario ecuatoriano, se convirtió en el primer no indígena en probar los efectos de la ayahuasca tras haber sido invitado a participar en un ritual y contó que vio "los más sobrecogedores paisajes, grandes ciudades, maravillosas torres, bellos parques y otras cosas magníficas". –Órale, a darle a los funcionarios de los 20 municipios y del Estado-.

Los chamanes adicionan a los bejucos ingredientes que dependen del propósito para el cual se vaya a consumir la ayahuasca, que puede ser: un viaje astral, telepatía, curación, comunicación con espíritus, aprendizaje de "ícaros" (canciones para curar), adivinación, etc., y para estados paranoicos cuando se aprueban presupuestos de ingresos y egresos.

Dirán ustedes, que acaso Barbecho ingirió Ayahuasca? No, no es así, mi propuesta es enviar en una procesión de inducción a los 500 diputados federales, a los 128 senadores y a los 30 diputados náyaros junto con el chaman Cartens y sentarlos durante tres días en la estructura piramidal de la colina del Intihuatana en Machu Picchu, y con la ayuda de la ayahuasca visionar en forma conjunta una reforma fiscal de largo plazo que catapulte a nuestra tierra de Mexincalzones a un estadio superior en el desarrollo económico.

Sin aditivos, la intoxicación con ayahuasca puede ser agradable, produce visiones luminosas con los ojos cerrados después de un periodo de vértigo, nerviosismo, profusa transpiración y algunas veces náuseas. Durante una etapa de lasitud se inicia el juego de colores; al principio blanco –tirándole a tricolor-; después un azul difuso ahumado que poco a poco aumenta en intensidad –combinado con el verde se torna amarillento-; finalmente hay quien duerme, aunque interrumpido por sueños y fiebre. El efecto más violento y frecuente después de la intoxicación es una fuerte diarrea -que el más contento sería el chaman Cartens, pues sería austero al reducir su talla-.

Sin embargo, con ese tratamiento se olvidan los compromisos con los grupos omnipotentes, el sentido de justicia prevalece y en el ritual se toman decisiones sin considerar grupos, sobresale el YO, se eliminan complejos, traumas y limitaciones en su juicio, permea el místicismo en crear una política con ética y limpia en beneficio de las mayorías. Por eso apoyo un viaje turístico a que, con todos los gastos pagados, ingieran la ayahuasca, con el objeto de que salgan acuerdos que no infunda miedo a los inversionistas, que saque de balance a las calificadoras que como buitres esperan dañar aun mas a nuestro México, que el presupuesto de egresos del 2010, contenga el elemento justo de austeridad que motive al pago de los impuestos con una sonrisa en las cajas bancarias. Ahhh, lo olvidaba y que autoricen un capítulo 2010 denominado Gastos en Chamanes, Ayahuasca y Peyote, y que la siguiente sesión de autorización de ingresos y egresos sea en la Mesa de los Ricos aquí en Nayarit, claro ingiriendo bebidas a base de Peyote, y en viaje astral vean la galaxia del desarrollo como un todo en la vía láctea y no puras estrellas desperdigadas. Va por ti décima estrella.

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